Hace unas semanas una amiga de mi abuela me dijo que su sobrina iba a estudiar en el extranjero esta primavera en Madrid, ¿podría hacerme algunas preguntas al respecto? Por supuesto.
Le puse un enlace a algunas entradas anteriores del blog, pero también acabé escribiendo un correo electrónico bastante largo. Me di cuenta de que había muchos temas que aún no había cubierto en el blog, así que voy a empezar a abordarlos uno por uno. El tema de hoy es comer en restaurantes en Madrid (o en España).
Tanto si estás estudiando en el extranjero en España, como si te mudas a España para enseñar inglés, o quizás vayas a ir de vacaciones allí pronto, estos cinco consejos del restaurante en Galapagar te ayudarán a tener una gran experiencia gastronómica en los restaurantes de Madrid (o España).
1. Pedir del menú español
Especialmente en las ciudades más turísticas como Madrid, muchos restaurantes tienen un menú en inglés y otro en español. La mayoría de las veces, los precios del menú en inglés son más altos que los del menú en español. Por lo tanto, si sabes hablar español -o si tienes un diccionario inglés/español- pide el menú en español. Te ahorrarás unos euros.
2. Un vaso de agua del grifo no viene con la comida
No es costumbre dar a todo el mundo un vaso de agua con hielo cuando se sienta en un restaurante, como ocurre en Estados Unidos. Y si pides agua, te sacarán una botella de cristal de agua y te cobrarán unos euros por ella. Es posible que te pidan que especifiques con gas o sin gas cuando la pidas.
Si quieres un vaso de agua del grifo (¡gratis!), pide un vaso de agua del grifo. Si comes en un restaurante típico español, este vaso de agua no vendrá con hielo. El agua del grifo en Madrid es completamente potable. Sin embargo, si estás en la costa este, yo me mantendría alejado del agua del grifo. Una vez, comiendo en Málaga, olvidé que ya no estaba en Madrid y pedí un vaso de agua del grifo. El camarero me hizo una mueca y me dijo: «¿De verdad? No, no quieres beber eso. El agua del grifo es mala». ¡Menos mal que me salvó de ese error!
3. Pide la cuenta cuando estés dispuesto a pagar (La cuenta, por favor)
El estilo de vida en España es más relajado que en Estados Unidos, y los españoles valoran su tiempo con la familia y los amigos en torno a la mesa del almuerzo o la cena. Tómese su tiempo cuando coma en un restaurante, porque nadie le va a meter prisa. Los camareros te dejarán en paz después de entregarte la comida, y podrás sentarte a charlar durante horas si lo deseas. La única vez que me pidieron que me fuera fue cuando todavía estaba en mi mesa a las seis menos cuarto de la tarde: el camarero nos dijo que el restaurante había cerrado a las cuatro y media. Vaya, que el camarero nos dijo que el restaurante había cerrado a las 16:30.
Sin embargo, cuando estés listo para irte, tendrás que pedir la cuenta. «La cuenta, por favor» es todo lo que tendrás que decir, una vez que llames la atención de tu camarero.
4. Comprueba la cuenta antes de pagarla
Una vez que recibas la cuenta, mírala bien antes de dejar el dinero. Asegúrate de que sólo te han cobrado lo que has pedido y de que no te han añadido cosas de más sin motivo. Y esto no sólo se aplica a los visitantes, ¡algunos restaurantes pueden hacer esto también a los locales!
5. No dejes la misma propina que en otros países
Los camareros y camareras en España tienen un salario completo con beneficios. No es como en los Estados Unidos, donde ganan 2 dólares por hora y trabajan a cambio de propinas. Algunos estadounidenses dirán que esta diferencia es la razón por la que el servicio al cliente es mejor en los Estados Unidos: Cuanto mejor sea el servicio, mejor será la propina. Como los camareros y camareras españoles no trabajan por propinas, no se preocupan tanto por la calidad de su servicio al cliente.
Pero esto es sólo una conjetura. En cualquier caso, mi asesor de estudios en el extranjero nos dijo en la orientación que si recibimos un servicio maravilloso, podríamos dar 10 o 20 céntimos de propina. Lo máximo que doy de propina en España es probablemente uno o dos euros, pero depende del coste total y del servicio. La propina es otro aspecto en el que los restaurantes pueden aprovecharse de los turistas que no lo saben.